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Vicente López
lunes 15 abril, 2024

Murió Carlos Rinaldi, vecino de Olivos y máximo luchador de la Antártida

El geólogo de Vicente López fue el primer Director del Instituto Antártico Argentino. Hasta sus últimos días de vida luchó para evitar el remate del histórico edificio del IAA y para devolver a la Antártida al mayor interés nacional.

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El pasado lunes 14 de agosto falleció el Dr. Carlos Alberto Rinaldi, quien fuera el máximo luchador del sector antártico nacional. Durante sus años de actividad, este geólogo bonaerense le dio otro significado a la presencia de la Argentina en la Antártida, instaurando un nuevo paradigma: «Soberanía es Conocimiento». Era Licenciado en Ciencias Naturales especializado en Geología. A lo largo de su carrera, el científico y docente brilló tanto en nuestro país como en norteamérica y Europa, habiendo obtenido distinciones como el certificado al mérito otorgado por Estados Unidos y el premio Konex de Ciencia y Tecnología a la disciplina ciencias de la tierra, en España.

De 1984 al 2001 ejerció el cargo de Director de Instituto Antártico Argentino. Fue el primer Director Civil desde su fundación en 1951 que tuvo el honor de conocer a su fundador y primer Director, el Sr. General Don Hernán Pujato, como así también a su sucesor, el Alte Rodolfo N. Panzzarini. Representó a nuestro país en las negociaciones de la «Convención para la reglamentación de las actividades sobre recursos Minerales Antárticos», como también en la discusión y posterior aprobación del «Protocolo al Tratado Antártico sobre protección ambiental». Además fue elegido vicepresidente del Comité Científico de Investigaciones Antárticas por el período 1991-1994.

Una vez retirado de su actividad, desde su casa del barrio de Olivos en la ciudad de Vicente López, Rinaldi escribió su libro sobre «Mitos y Verdades del Desierto Blanco», editado por la editorial AQL de Luis Alberto García, donde virtió sus opiniones sobre los distintos puntos históricos, políticos y estructurales del quehacer Antártico Argentino. Este «Antártico de pura cepa», tal como él mismo se definía, dedicó su vida al estudio del continente más austral del planeta y según cuentan sus allegados, hasta en sus últimas horas pensaba cómo devolver a la Antártida Argentina al mayor interés nacional, «para recuper los valores que se fueron perdiendo con el correr de los últimos años».

En sus últimos días de vida, Rinaldi reflejó su preocupación por evitar el remate del hitórico edificio del Instituto Antártico Argentino, en Capital Federal, y en un artículo publicado el pasado mes de julio en diario Perfil, llamó a aplicar con urgencia una «nueva política antártica». Su compromiso con la ciencia y el saber antártico fue único, a tal punto que a 20 años de su retiro, el IAA no logra mejorar la labor iniciada por este maestro, que dejó una huella imborrable por sus enseñanzas, su testimonio y su ejemplo, para que muchos continúen su lucha. Se fue un auténtico defensor de los intereses y conocimientos soberanos nacionales sobre el «Desierto Blanco». Hasta siempre.

Fuente: lanoticia1.com

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